#HaciendoWebs: develaw.com

#HaciendoWebs nace para contar el cómo y el por qué. Una manera diferente de crear un portfolio con el que explicar los proyectos que voy desarrollando.

Final de año, inicio de sección en el blog. Así, como dándole la vuelta a las cosas, empiezo con un apartado al que tenía ganas de hincarle el diente desde hacía unas semanas. Voy a intentar contar mis experiencias diseñando y desarrollando las webs de mis clientes. Por qué me contactaron, cómo estaban las cosas en esos momentos, qué ideas surgen, por qué y cómo se desarrollan, cuál fue el resultado final… Comenzamos.

Uno de los primeros proyectos en los que trabajé cuando decidí establecerme como freelance fue una web curiosa y muy especializada. La web en cuestión era el sitio profesional de José Ibáñez, un abogado experto en propiedad industrial, que comenzó a desarrollar profesionalmente su pasión especializándose en Derecho e Industria de los Videojuegos. Tras un tiempo por su cuenta, dio un giro a su carrera profesional, convirtiéndose en desarrollador de aplicaciones móviles especializado en Xamarin y .NET.

Dada su inquietud por el mundillo, José comienza a crear contenido en Twitch y YouTube, y decide proyectar la web, en desuso en ese momento, como una especie de cuaderno de bitácora, un pequeño rincón a través del que poder recoger sus experiencias aprendiendo diferentes tecnologías que no conoce. Su idea en un futuro próximo, además, es centralizar ese aprendizaje en sus directos en Twitch, desarrollando código, haciendo pruebas, practicando con determinadas materias y mostrando así sus avances y sus intereses en ciertos campos, no habituales en su actividad laboral. En definitiva, buscaba ofrecerle utilidad a su web haciendo lo que más le gusta.

El sitio en sí, de diseño sencillo y simple, pero enormemente personal, había sido desarrollado varios años atrás por Juan Hernando, con un gusto exquisito. José contactó conmigo y, ya desde un primer momento, me expresó sus ideas con total claridad. Quería una ruptura, una variación completa, dado el cambio de actividad y de contenido del sitio. Un cambio de colores, de formas, de concepto… de todo.

Tenía en mente un diseño minimalista, sencillo y sin florituras, partiendo de la referencia del diseño anterior en lo que se refiere a los aspectos nombrados, pero cambiando totalmente la fisonomía. «Sencillo, Chema, sencillo. Lo más sencillo posible. Quítalo todo». Pasaría a ser un blog, con formato clásico, en el que dominara, en esencia, el espacio y la mínima expresión. Esas eran las consignas. Poco más.

Manos a la obra, la elección del esquema fue el súmmum de la simplicidad: un encabezado mínimo que revelara quién y qué; una única fuente, directa, legible e identificable, para toda la web; y una paleta formada por tres colores —la fuente, el fondo, y un color corporativo—. Fundamentales los fondos blancos, los espacios y las imágenes como esencia para dominar el entorno, y transmitir así la simplicidad buscada.

Nada más… porque no hacía falta.

Este es el resultado.