Por qué trabajar con un desarrollador WordPress freelance es mejor que contratar una agencia

Cuando un negocio, marca o profesional independiente decide dar el salto a lo digital, una de las primeras decisiones importantes es:

«¿Contratamos a una agencia o buscamos a un freelance especializado?»

Y aunque a priori pueda parecer que ambas opciones ofrecen lo mismo (una web profesional), lo cierto es que el enfoque, la calidad, la comunicación y los resultados pueden ser radicalmente distintos.

Ojo, con esto no quiero decir que las agencias no trabajen bien, o que todas las agencias fallan en su trato al cliente, o que todos/as los freelance especializados sean la solución. Como siempre, hay de todo, y todo depende. Me refiero, en especial, a aquellas agencias que, sin ser especialistas en desarrollo web, ofrecen el servicio y lo prestan a través de un/a profesional que no tiene el nivel de especialización suficiente. Simplemente hablo desde mi experiencia, teniendo en cuenta que he trabajado y trabajo tanto con agencias como profesionales independientes, y conozco el terreno. En mi caso particular, de hecho, he conocido agencias que trabajan menos bien, y he tenido y tengo la suerte de colaborar con otras que ofrecen un servicio estupendo y que además tienen un trato exquisito con el cliente, en todos los sentidos. Como digo, es cuestión de casos y de dependes.

En este artículo quiero contarte, desde mi experiencia como desarrollador web WordPress especializado, por qué en la mayoría de los casos es más ventajoso apostar por un freelance experto que por una agencia genérica que, entre otras muchas cosas, también hace webs.

Trato directo y comunicación fluida desde el primer día

Las agencias suelen funcionar en cadena: el cliente/a habla con un/a comercial, luego con alguien relacionado con la gestión de cuentas, quizá con alguien de diseño o contenido que enviará un briefing o mantendrá una entrevista posiblemente telefónica, y al final alguien —a quien el cliente no conoce y con quien es muy posible que no haya hablado nunca ni vaya a hablar durante el proceso— construirá la web en base a unas indicaciones más o menos concretas, más o menos acertadas y más o menos adaptadas a las necesidades reales del cliente/a.

Ese modelo puede adaptarse a la manera de funcionar de grandes empresas, que necesitan proyectos complejos, y cuyo desarrollo es más difícil que se produzca con cercanía dada la propia idiosincrasia de este tipo de relaciones, así como por la propia naturaleza del modus operandi en gran empresa. Pero en proyectos pequeños o medianos suele traducirse en:

  • Mensajes mal interpretados.
  • Cambios que se solicitan pero nunca llegan a aplicarse, o se aplican mal.
  • Sensación de que «nadie se entera de lo que quiero o necesito».

Con un freelance, la situación suele ser radicalmente distinta, como ocurre en mi caso: hablas desde el principio con la persona que se va a encargar de diseñar, desarrollar, revisar y entregar tu web.

Sin intermediarios. Sin fricciones. Sin malos entendidos. Sin rodeos.

Esto permite una comunicación honesta, clara, continua y eficaz.

Especialización técnica real en WordPress (y no solo en saber instalarlo)

Las agencias (no todas, claro) suelen ofrecer un abanico de servicios amplísimo: branding, redes sociales, diseño gráfico y web, desarrollo genérico y/o especializado, copywriting, publicidad, SEO, audiovisual…

Eso no es malo. Pero también significa que, en la mayoría de los casos, no están realmente especializados en ninguno de estos aspectos. Y eso se nota. Y en muchos otros ocurre que la agencia subcontrata el servicio de un freelance, a precios que en ocasiones rayan la explotación (aprovechándose de profesionales que empiezan o que no consiguen que les llegue trabajo o clientes por sus propios medios), derivando en situaciones que se enmarcan en limbos legales —cuando no traspasan claramente diversas líneas, no solo éticas—, falsos autónomos y relaciones laborales altamente dependientes y tóxicas. Un panorama bastante desolador.

Yo soy desarrollador web, y a pesar de conocer diferentes lenguajes de programación o de haber trabajado con diferentes frameworks, llevo muchos años trabajando exclusivamente con WordPress de manera profesional. Conozco su estructura interna, sus ganchos (hooks), sus filtros, sus problemas habituales y cómo resolverlos, sus mejores soluciones… Eso me permite una variedad de acción que, en muchas ocasiones, quien no trabaja de manera especializada no puede abarcar:

  • Desarrollar funciones a medida.
  • Optimizar al máximo el rendimiento.
  • Evitar el uso excesivo de plugins innecesarios.
  • Solucionar rápidamente cualquier error técnico sobrevenido.
  • Examinar situaciones problemáticas o que no parecen tener una fácil solución técnica para alguien no especializado.
  • Diseñar webs que cargan rápido, que posicionan bien y que se adaptan a la necesidad de cada cliente.

Una agencia, en cambio, probablemente va a usar una plantilla que sea la que más le convenga (y no a ti como cliente/a), y por diferentes razones —presupuesto, eficiencia, optimización de recursos…—, y a menudo dependerá de maquetadores visuales o herramientas pesadas o al menos no optimizadas para que cualquier persona de su equipo, en el momento en el que se necesite, pueda trabajar sin tocar código.

Coste ajustado y mejor relación calidad-precio

Las agencias tienen que cubrir gastos de oficina, sueldos de varios perfiles, gestión de equipos, y en algunos casos, inversores, estructuras jerárquicas… Eso se traduce, por norma general, en precios más altos por la misma o similares estimaciones de trabajo. Y muchas veces, en presupuestos hinchados con conceptos que no aportan valor real a tu proyecto.

¿Qué ocurre con esto? Que muchos profesionales independientes pasan por la dificultad de tener que minusvalorar proyectos para poder enfrentarse al poderío de agencias, cayendo con estrépito en un error muy común: generan en el cliente la impresión de menor profesionalidad o de que un presupuesto más bajo implica una calidad de trabajo menor. Es decir, precios que las agencias aumentan sin razón real, provocan inseguridad en el profesional freelance, que lo único que busca es enfrentarse desde un bote de remos a un transatlántico.

Yo, como freelance, tengo una estructura mucho más ligera, flexible y siempre adaptada a la necesidad del cliente/a. Eso me permite ajustar los precios a lo que realmente necesitas, sin inflar costes ni venderte paquetes estándar que te ofrecen soluciones genéricas que, en realidad, no se adaptan a ti ni a tus circunstancias.

En otras palabras: pagas solo por lo que necesitas, no por mantener a todo un equipo que no trabaja directamente en tu proyecto.

Soporte técnico directo y resolutivo (sin tickets impersonales)

Uno de los puntos más frustrantes de trabajar con algunas agencias es el soporte técnico. Formularios, correos que nunca se responden, sistemas de tickets que no funcionan como deberían… y lo peor de todo: volver a explicar el problema cada vez a una persona distinta.

Conmigo, por ejemplo, eso no ocurre.

Si necesitas soporte, me escribes directamente un email o rellenas un formulario. Te respondo rápido. Y si fuera necesario conectarse mediante una videollamada y resolver algo, lo hago.

Porque cuando conoces a fondo cada parte de una web que has construido, puedes resolver cualquier incidencia o problema de manera más eficaz que alguien que solo tiene acceso a un panel de administración y que no es especialista en el asunto que está intentando resolver.

Optimización SEO y rendimiento web desde el primer día

Este es un punto muy importante. Muchas webs hechas por agencias tienen diseños bonitos… pero tardan seis segundos en cargar, no posicionan en Google ni a tiros y no están ni siquiera bien estructuradas. No me meto a comentar nada sobre el Kit Digital y lo que en muchos casos ocurre con agencias que no están haciendo bien su trabajo, porque eso merecería un artículo aparte. Pero es cierto que, pese al estupendo trrabajo que realizan muchas agencias especializadas, otras, no tanto, provocan auténticos estragos en proyectos de los que el cliente esperaba una solución y obtiene un problema.

El motivo es simple: no se prioriza el rendimiento, ni el SEO técnico, porque no son desarrolladores especializados.

Yo sí.

Desde el primer momento:

  • Uso themes y plugins ligeros y bien mantenidos.
  • Cuido la arquitectura de la información.
  • Configuro correctamente los encabezados, metadatos, slugs y taxonomías.
  • Compruebo que cada imagen esté optimizada.
  • Garantizo puntuaciones buenas en Core Web Vitals.
  • Estoy pendiente de las sugerencias y el feedback, porque me preocupo de conocer lo que necesita el cliente/a y su negocio.

Todo esto marca la diferencia entre tener una web bonita… y tener una web que funciona y convierte.

Relación continua basada en la confianza (no solo un proyecto cerrado)

Cuando trabajas con una agencia, el proceso suele ser el siguiente:

  • Contratas el diseño/desarrollo.
  • Briefing.
  • A lo sumo un par de modificaciones cerradas.
  • Se termina con el proceso de construcción de la web.
  • Te entregan los archivos, la web se publica.
  • Te facilitan los accesos (y, ojo, no en todos los casos; me he encontrado con casos de película de terror, en los que una agencia niega el acceso a un cliente a su propia web, o pretende cobrar por acceder al hosting en el que esta está alojada o por migrarla a otro servidor).
  • Tutoriales, documentación, preguntas/respuestas (tampoco en todos los casos).
  • Fin de la relación (salvo que contrates mantenimiento o gestión).

Conmigo no funciona así.

Muchos/as de mis clientes/as siguen trabajando conmigo incluso años después de lanzar su web. Hacemos pequeñas mejoras, nuevas secciones, ajustes de SEO, cambios de estrategia…

Y eso es posible porque procuro construir relaciones profesionales de confianza, no solo «proyectos web».

Conozco tu negocio. Me importa lo que haces. Quiero tu satisfacción (porque será la mía). Y si puedo ayudarte a crecer, crezco contigo.

Cercanía y flexibilidad (aunque estemos a distancia)

Trabajo desde Almería, pero tengo clientes en Madrid, Barcelona, Santander, Bilbao, Sevilla, Galicia, Londres o Buenos Aires. El trabajo online nos permite colaborar desde cualquier parte del mundo, pero siempre sin perder el trato humano. A mi eso no me interesa. Como cliente/a, para mi no eres un número ni una factura. Eres una persona, con sus inquietudes, sus dudas, y sus problemas, con la que busco tener un trato lo más cercano, próximo y empático que me sea posible.

Si necesitas algo urgente, me escribes y lo solucionamos. Si quieres tener una reunión (la mayoría de las veces las cosas se solucionan con un e-mail, pero entiendo que no en todos los casos es lo que necesitas), la agendamos en el horario que mejor te vaya.

Nada de esperar semanas para un hueco en la agenda del «project manager». Nada de correos que se pierden entre departamentos. Nada de mensajes que van saltando de jerarquía en jerarquía porque no se sabe muy bien quién tiene que responderlos.

Flexibilidad, rapidez y atención real.

Caso real

Hace unos meses contactó conmigo un cliente almeriense que venía de trabajar con una agencia. Llevaba semanas esperando una respuesta para una modificación muy simple en su web: cambiar un botón de lugar y ajustar un par de cosas en un formulario de contacto. Tras varias llamadas y tickets, los cambios seguían sin aplicarse.

Contactó conmigo a través de webcbz.com. En cuanto se puso en mis manos, lo resolvimos el mismo día. Pero lo más importante no fue la rapidez, sino que en el proceso detectamos otros tres errores de usabilidad que estaban haciendo perder contactos —y credibilidad—, errores en la visualización responsive e incluso algún que otro problema más grave que la agencia (que le cobraba cerca de cien euros mensuales por llevarle el «mantenimiento») ni siquiera había detectado.

Eso es lo que marca la diferencia entre un servicio impersonal y uno realmente especializado: no solo ejecuto, sino que también detecto posibles fallos, identifico causas, y pienso cómo mejorar lo que hay detrás de cada web.

En resumen: si quieres una web WordPress profesional, funcional y bien pensada, trabaja con alguien que vive de hacer justamente eso.

Las agencias pueden ofrecer diseños llamativos o, en cierto modo, soluciones más efectistas que efectivas, pero si lo que quieres es que tu web sea rápida, que posicione bien, que, si lo necesitas o así lo eliges, puedas gestionarla de la forma más sencilla posible, y que se adapte a ti y a tu negocio, lo mejor es contar con uno o varios freelance especializados.

Yo estoy especializado en WordPress. Y solo trabajo con proyectos donde sé que puedo aportar valor.

¿Estás pensando en hacer o rehacer tu web WordPress?

Hablemos. Escríbeme sin compromiso y te explico cómo trabajo.

📸 Imagen: D Z en Unsplash

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