Cuáles son las razones por las que decido cambiar, arriesgar, apostar por una idea y buscar la satisfacción personal y profesional.
¿Por qué webCBZ?
Buena pregunta.
Empecemos por el principio. Allá vamos.
Verano de 2018. Tras varios años de búsqueda incesante de proyectos profesionales —con una complicada oposición estatal de por medio y un proyecto bloggero sobre el que no conseguí rubricar ingresos económicos regulares y estables—, decido dar un giro total y buscarme la vida. La respuesta fue intentarlo a través de un grado superior de informática. La creencia de que una salida profesional inmediata, o casi, era posible tras el poco más de año y medio de estudios me hacía depositar mis esperanzas en un sector en auge continuo y con cientos de posibilidades relativamente accesibles, y personalizables a cada uno, a la par que susceptibles a la especialización y la investigación de las áreas de más interés para cada perfil y trayectoria.
Marzo de 2020. Terminando el grado superior, sobreviene la pandemia. El maldito covid se apodera de todo y de todos. Nuestras vidas pasan a convertirse en una rémora de la vida global, atestada de contagios, curvas, positivos, desescaladas, cuarentenas, asintomáticos, distanciamientos, inmunidades de rebaño y vacunas. Comienza, al mismo tiempo, mi proyecto de fin de grado, que concluye, tras muchos sobresaltos, inconvenientes y desmotivaciones con pleno: una nota de diez sobre diez, en un trabajo colaborativo enormemente satisfactorio a pesar de las dificultades.
Ya titulado, mi vida personal me lleva a cambiar las lomas verdes de mi Cantabria natal por el calor —en todos los sentidos del término— de Almería. Un proyecto vital que combinaba enormes dosis de ilusión con inmensas expectativas a nivel laboral.
Sin embargo, y dado el rumbo del sector, los meses pasan y las opciones van, poco a poco, desvaneciéndose. Después de un par de entrevistas desafortunadas y decenas de currículums enviados y entregados, la situación comenzó a tornar en una desesperación encubierta. «¿Y por qué no me llaman?» «¿Y por qué no consigo nada?» «¿Y por qué no hay manera de optar a este trabajo?». Y por qué. Y por qué. Y por qué. Mi opinión —muy personal— sobre esto quizá sea un buen motivo para escribir un próximo texto en este blog. Me lo apunto, lo prometo.
El verano del cambio
El verano de 2021, por diversas razones, supone un cambio de devenir. Me doy cuenta de que las oportunidades, que creía iban a llover, no van casi ni a asomar, y que mi falta de experiencia tendrá que ser compensada con lo que tengo y lo que soy: ilusión, criterio por el diseño web y muchas ganas de trabajar. Me lío la manta a la cabeza, y, tras pensarlo mucho, decido dar el salto al mundo freelance. ¿Cómo? Haciendo lo que mejor se me da en este sector: idear páginas web, buscar el mejor front-end posible, y diseñar una experiencia de usuario que sea la más indicada para que quien vaya a utilizar la web acaricie la satisfacción plena por y para su proyecto personal o profesional.
En definitiva, quiero hacer páginas web que sean motivo de orgullo para quienes las necesiten. Quiero ayudar a que aquellas personas o negocios que necesiten mejorar sus situaciones, o que les apetezca introducirse en el mundo digital, puedan hacerlo de la manera más sencilla, agradable y provechosa posible.
Y así nace este proyecto. Esta web, webCBZ, no es nada más que la carta de presentación de una idea, de una manera de hacer las cosas y de una serie de conceptos y de criterios dentro de los cuáles busco mover tanto mi trayectoria profesional como mi periplo vital y personal. Es la manera de presentar cómo quiero trabajar, cómo quiero que los demás vean mi trabajo, y cómo me gustaría que los clientes decidieran, en un hipotético caso, contar con los servicios que, humildemente, puedo ofrecerles. A partir de aquí, todo dependerá de enfocar y acertar. Nos vemos en el camino.